lunes, 19 de abril de 2010

no esta muerto, pero...


No, Zoroastra no conseguió matar el gran sapo del brejo. Pero no desistió.
Tentou enterrar el probrezito sapito bibo. 
Pero sentió dó, penita del bichito enbiando emails de las profundezas de la tierra.

Zoroastra peguió su cavalo Pangaré Equinócio, y se fue tomar una tequila.
Ao volver, percebió un vazio en el buraco en que havia enterrado el sapo.
Ahora, ella corre, o mas depressa que Equinócio puede, para atirar y enterrar de una vez por todas esse fantasmagorico sapo.